SOMOS SERES PERFECTOS, CREYÉNDONOS IMPERFECTOS, BUSCANDO LA PERFECCIÓN
Esta frase no es mía, pero resume la esencia de esta web, su espíritu y su meta: darnos cuenta de la ilusión que nos creemos ser y así poder vivir la realidad del ser que somos.
Esa ilusión a la que llamamos “yo”, y más conocida por su nombre de calle, EGO, es quien ha tomado el control de nuestra voluntad haciéndonos llevar la vida que él desea, no la que nosotros queremos. Es tan astuto que nos hace creer que estamos viviendo la única vida posible, que el dolor, la incertidumbre y el miedo que sentimos (provocados por él) es lo habitual, que eso le pasa a todo el mundo, nos dice. Miramos afuera y vemos que es verdad, todo el mundo sufre, chilla y se desespera. Entonces, pensamos: es normal vivir así.
Te quedas tranquil@ un rato, pero algo en ti musita que eso no es cierto, que hay un rincón en tu interior en el que estás en paz, feliz, relajad@, porque lo has sentido alguna que otra vez. Cuando esta voz, que brota de tu corazón, susurra la existencia de ese maravillo lugar, el ego te impele veloz: «¡vamos a encontrar ese sitio!». Como estás tan contaminad@ por él, te pones a buscar creyendo que te falta algo para llegar a ese maravilloso estado del ser, en el que sabes vives en la dicha continua.
Y te conviertes en un buscador/a. Mejor dicho, tu ego te convierte en ello, haciéndote vivir en un peregrinaje constante para alcanzar ese nirvana interior. No te das cuenta (de eso se encarga él) de que el hecho de buscar ya te aleja de encontrarlo, porque «encontrar» significa «despertar» de la ilusión y «despiertas» cuando dejas de seguir al ego que crees ser. A partir de ahí, comienzas a vivir la vida de verdad.
De eso trata esta web: de llegar a vivir LA vida real, no TU vida soñada.
Aquí descubrirás ese espejismo que ha estado dirigiendo tus pasos y que gobierna este mundo, porque vivimos en una ilusión colectiva. Y así nos va.
¿Qué pasa cuando vives lo que realmente eres?
Te lo puedo contar, pero será solo una voz al viento, lo maravilloso es que lo sientas tú.
Si estas palabras resuenan en ti, ya sabes dónde puedes venir cuando te apetezca.
Un abrazo, de corazón.