Viviendo en la luz: pautas para un trabajo interior

Ya sabes lo que eres realmente: la suma de energía de amor incondicional vibrando en lo que llamas «cuerpo» y consciencia eterna e infinita. Además, hemos visto que nacemos conectados a la Unidad y que, a causa de nuestro desarrollo intelectual y la creación de identificaciones-apegos, acabamos perdiendo la consciencia de esa conexión para vivir en la ilusión creada por la mente.

Ahora veremos cómo llegar a experimentar plenamente esa conexión. De esta manera, todo lo visto aquí no se quedará en un mero conocimiento teórico y vivirás en la CONSCIENCIA de la energía todopoderosa del amor universal vibrando en la tuya. Para lograrlo, cambiaremos la dirección de nuestro foco de atención, de la MENTE que nos creemos ser, a la VIBRACIÓN que realmente somos. Como dijo Einstein: “es de locos hacer lo mismo y esperar obtener resultados diferentes”. Si continuamos dedicando nuestra atención-energía a la mente, seguiremos haciendo lo mismo, con los resultados de sobra conocidos.

El gran cambio en nuestra vida, el cambio genuino, es dejar de fijar nuestra atención en el conocido mundo exterior, explorado y evaluado por la mente científica, y enfocarla en las profundidades del ser infinito que somos. Actualmente, la dirigimos esporádicamente a nuestro interior, generalmente cuando nos sentimos mal (el dolor nos obliga a fijarnos en él), y la casi totalidad del tiempo permanecemos “mirando” al exterior. A partir de ahora invertiremos los tiempos: la mayor parte lo pasaremos en nuestro mundo personal y lo mínimo imprescindible fuera, lo justo para poder interactuar con el mundo físico.
Este paso es muy duro: significa renunciar a vivir, por medio de la atención, en el mundo conocido de la forma y adentrarte en tu vasto y desconocido universo personal. Hay que ser muy valiente para tomar esa decisión, pero ES EL ÚNICO CAMBIO POSIBLE y, a partir de él, comienzas una nueva vida.
Al principio, tendrás un enemigo muy persistente: la impaciencia por encontrar, llegar o descubrir algo en concreto. El ansia por alcanzar la imaginaria meta de lograr tu propósito es el mayor impedimento del crecimiento espiritual. Esta ansia, nunca satisfecha, es la que trunca la mayoría de los intentos de transformación personal.
A continuación, te dejo unas pautas para tu trabajo-viaje interior, pero en ningún momento realices el esfuerzo de los ejercicios esperando sentir la conexión con la Unidad o la paz del momento presente o cualquier otra cosa. No. Si empiezas con un objetivo en concreto sería el ego guiando otra vez tu vida, y te garantizo que abandonarás. Nada satisface al ego durante mucho tiempo y la excitación por la novedad del trabajo espiritual, dará paso a la frustración ante la falta de resultados, con el subsiguiente abandono del camino emprendido.

“Entonces, ¿para qué voy a empezar, si lo que yo quiero es sentirme bien, ser consciente de esa conexión de la que hablas?”, podrías decirme.

La maravilla que vas a vivir es una consecuencia de tu trabajo personal, del cambio en el enfoque de tu atención, y nunca debe convertirse en un objetivo a lograr, porque eso va a impedirte disfrutar de lo que haces. Y si no disfrutas (por estar tan pendiente de llegar) no hay progreso.
Solo puedes tener un único anhelo: caminar sin esperar llegar a ninguna meta, solo pasear-mirar en tu interior por el goce de descubrirte y hacer las prácticas de concentración por el placer de hacerlas. Es como el que va al gimnasio simplemente por la satisfacción de entrenarse, de sentir su cuerpo en forma. Eso sí, al principio no habrá mucho placer con los ejercicios; pero progresivamente, según te vaya abandonando el ego, los irás disfrutando y al final no podrás vivir sin ellos.
Este quehacer dará frutos con el tiempo. Irás conociéndote en profundidad, siendo capaz de distinguir lo real de la ilusión que existe en ti, no perdiéndote en ella. Ganarás en autoestima, en fortaleza personal, en creatividad… Y comenzarás a amarte totalmente.
Llegará un momento en que te encantará estar a solas contigo. Esta es la señal de que el ego ha perdido el control de tu interior y ya moras en tu casa, en tu cuerpo, en el templo del Dios/a que es. De repente, un buen día, todas tus células te cantan a coro la realidad de que vibras en otra energía, haciéndote rebosar de alegría por saber que vives en un Universo que te ama, te guía y te protege. A la vez, sientes en tu interior una presencia, llena de poder y amor, que te relaja y en la que te abandonas confiad@. También te llega la certeza de que tienes una misión para esta vida, una misión que te apasiona: darte al mundo expresando los dones que atesoras. Y mucho antes de eso, descubres que viajas por un camino que no tiene fin, en el que no se “llega” a ningún lado, sólo se avanza, sólo se crece, ya que ESTÁS EN EL INFINITO VIAJE CONSCIENTE POR LA VIDA.

Dicho lo anterior (que lo vivirás), comenzamos esta travesía por tu mundo personal.

Este camino, al principio, es inhóspito y sin ningún resultado visible. Es muy parecido a cuando decidimos hacer deporte por primera vez. Las tres-cuatro primeras semanas son las más importantes, es el tiempo que tarda en establecerse un nuevo hábito. Tendremos agujetas los primeros días, es normal, hemos llevado los músculos más allá de su zona de confort. Con el tiempo desaparecen y hacer ejercicio nos cuesta menos, llegando un momento en que el propio cuerpo nos lo pide. Ese es el indicador de haber incorporado el hábito de hacer deporte a nuestras rutinas personales.
Lo mismo sucede con el trabajo espiritual: lo fundamental es establecer nuevas costumbres. Al comienzo, nos obligamos a hacerlo (esta obligación es la lucha con la inercia vigente de “no hacer nada”); pero luego esa tarea interior se convierte en nuestra nueva forma de vida.

Veamos a continuación qué nuevas rutinas establecemos, si quieres, claro.

NUEVOS HÁBITOS PARA UNA NUEVA VIDA

1º.- Pregúntate constantemente: «¿dónde está mi atención ahora?», así sabrás qué estás creando. Normalmente la tendrás en la mente. Si te descubres cavilando sobre un tema en concreto, intentando llegar a una conclusión-solución, perfecto: estás usando la mente. Si te notas divagando, elucubrando sobre esto o lo otro, recordando cosas del pasado o anticipando posibles situaciones de futuro, entonces, te está dirigiendo la mente.
El caso es que seas siempre consciente de dónde está tu atención. Eso sí, no te regañes por haberte perdido en tus ensoñaciones, ya que entonces sería el ego entrando por la puerta de atrás.

De esta manera empezamos a darnos cuenta de la ilusión creada por nuestra inconsciencia. Aquí ya alteramos el rumbo del barco que somos, dejando de estar dirigido por un capitán que va por libre (la mente no consciente), para empuñar nosotros (la consciencia) el timón. Durante un tiempo lo compartirás con ella, hasta que seas lo suficientemente fuerte para manejarlo tu sol@; pero este es el mejor comienzo.

2º.- Date cuenta de cómo te sientes, momento a momento. De esta manera advertirás cuál es la “calidad” de la vibración de tu energía. Si te sientes bien, pletóric@, sin que haya ningún motivo justificado, perfecto, estás en tu estado natural de alegría. Si hubiera algún motivo, sería el ego alegrándose por ello. Por el contrario, si te notas triste, angustiad@, ansios@, con negatividad… estás viviendo en la ilusión mental. Siempre.
Un buen método para transformar esta baja vibración es tararear, silbar… prestando toda tu atención a los sonidos que emites. Es mejor no pronunciar palabras inteligibles, estaría interviniendo la mente. Entona sonidos, que no sean los de ninguna canción conocida (mente otra vez): crea tu propia melodía. Al poco advertirás cómo tu estado de ánimo comienza a renovarse. Sigue con tu canción improvisada sobre la marcha. Llegará un momento en que habrás elevado tu vibración y te sentirás de diferente manera.
Esto es debido a que el sonido, como todo, es vibración. Si vibras con negatividad y tarareas una melodía alegre, estás introduciendo una nueva vibración en tu energía y la energía de frecuencia más alta siempre se impone a la baja. El mayor esfuerzo es comenzar a canturrear cuando estamos sumidos en pensamientos negativos, pero ese es el trabajo que conlleva el crecer. Con el tiempo te será más fácil y no solo cantarás para estar alegre, sino porque estás alegre. ¿No te lo crees?, haz la prueba y me cuentas. Si acabas dedicándote a la música, no me des las gracias: ese es tu don.

Al darte cuenta de cómo te sientes cambias la dirección de tu atención, quedándote a solas contigo, y empiezas a conocerte, a descubrirte. Al principio te generará incomodidad el mirar dentro de ti. La mente te incitará, una y otra vez, a que la tengas “entretenida” con cosas más “importantes” del exterior, del mundo que conoce. A la mente le aterra lo desconocido y, para ella, lo que realmente eres es un completo misterio. No cedas, sigue mirando lo que eres. Y, fundamental, encuentres lo que encuentres en tu interior: ¡ÁMALO! Este es el primer requisito para avanzar en este camino de descubrimiento personal: ámate en todo momento y circunstancia. Ámate, aunque te cueste, sea lo que sea que hayas hecho, dicho, sentido o pensado. El que juzga siempre es el ego; el amor (que tú eres) solo sabe amar. Si no te amas incondicionalmente, el ego te acabará sacando del camino de crecimiento que emprendes ahora.

Como resumen de este punto, y para que sea tu brújula interior, ten siempre presente que LO MÁS IMPORTANTE ES SENTIRSE BIEN. El cómo te sientes es la energía principal que mandas al Universo, y eso es lo que vas a recibir de vuelta en forma de circunstancias vitales. Según cómo te sientas, así será tu nivel vibratorio: a más alegría-bienestar más elevada frecuencia de vibración. Y la «calidad» de los acontecimientos que te lleguen reflejarán ese nivel. Tú decides, de esta manera, cómo quieres que sea tu vida.

3º.- Establece el hábito de realizar 1, 2 ó 3 sesiones diarias de ejercicios de concentración-meditación, distribuidos a lo largo del día. Cuantas más hagas, más rápido vas a desarrollar la capacidad de concentración, tu auténtico poder creador. Puedes empezar con 5-10 minutos en cada sesión y, si eres constante en tu práctica, cada vez te irá gustando más. Al principio te va a parecer una tediosa obligación: no estás acostumbrad@ a estar a solas contigo y la mente, en forma de parloteo mental, va a asaltar tu campo de consciencia para que la sigas. Si sucede esto, que sucederá, no interactúes con los pensamientos, no les hagas caso, y continúas con el ejercicio. En eso consiste concentrarse, en regresar al ejercicio todas las veces que te despistes.
Con el tiempo te sentirás más a gusto haciéndolos y los momentos de meditación serán los mejores del día. Cuando estás concentrado en algo vives en la paz de tu mundo personal, sin interferencias del exterior, y esta sensación acaba enganchando. Llegará el día en que todo el tiempo que pases despiert@ será una sesión continua de concentración y no te hará falta dedicar tiempo en exclusiva para ello. Lo conseguirás con el tiempo, no ahora, al principio.

Con estos tres hábitos instalados en tu día a día, realizando el ejercicio del perdón en aquellas situaciones que te provoquen negatividad (luego hablamos de él), y la escucha diaria de los audios subliminales que decidas crear, asentarás tus pasos por este camino que ahora inicias. Una vez adquiridas estas rutinas surge una dedicación constante a vivir en ese infinito mundo interior que vibra en tu ser y, al cabo de un tiempo, sin que te des cuenta, tu TRABAJO interior se transforma en tu DISFRUTE total. Y será impensable para ti volver a tu antigua vida, ya que estarás en el camino del crecimiento consciente y constante.

Te anticipo que los comienzos de este periplo interior son muy duros. Vas a ir, a partir de ahora, en una dirección totalmente diferente a la que lleva el mundo conocido en el que vivimos. Los dogmas del ego-separación están presentes en todo cuanto nos rodea, la energía de este mundo vibra en ella, y, lo quieras o no, nos afecta por resonancia en la nuestra. Tú, ahora, inicias el proceso para crear una isla propia, tu isla, en la que vibrará la consciencia en el amor incondicional que eres. Esto representa un considerable esfuerzo y, además, es un trabajo personal: nadie puede hacerlo por ti; pero no hay otro camino.
El hecho de que sea un esfuerzo individual no significa que lo hagas en soledad: tú nunca estás sol@. En el siguiente apartado descubrirás quién te acompaña.

HABLANDO CON TU ESENCIA DIVINA

Antes de arrancar con este viaje te recomiendo dirigirte a esa presencia, idea, imagen… que identificas como lo más sagrado, y que vive en ti. Muchos lo conocen por Dios, otros Íntimo, Todo lo que Es… Yo siempre le he llamado Padre, pero el nombre es irrelevante: llames como le llames, siempre te escucha.
Esa Presencia y lo que conoces por “Yo” es lo mismo, solo que en dimensiones diferentes. Él/la es tu aliad@ más poderos@ y siempre está contigo. Llegará un día que dejarás de ser lo que estás siendo ahora para expresar, en plenitud, ese Ser que lleva tiempo palpitando en ti.
Si nunca has hablado con Él/la, ahora es el momento de comenzar. Al principio te sentirás rar@, pero que te dé igual: es normal que suceda esto. Con el tiempo dejarás de sentir esa incomodidad y será lo habitual para ti. Más adelante ya no te hará falta hablarle, puesto que le percibirás siempre contigo.
Dirígete con humildad a esa Presencia silenciosa, amorosa y acogedora. Dile que, a partir de ahora, quieres mantener este contacto, que confías en recibir toda la ayuda necesaria para llegar a fundirte en uno con ella. Dile que quieres ser llevad@.
Puedes (yo lo hago todas las mañanas antes de salir de casa) estar un rato en su presencia por medio de una oración. Elabora una oración, tu oración, en la que pides aquello que creas necesitar. Con el tiempo, y tu propio crecimiento personal, la modificarás y tus nuevas peticiones se irán alineando de acuerdo con el amor incondicional; pero, en un principio, solicita aquello que brote de tu corazón… y abandónate en esa esencia que te acoge.

Ahora vamos con la parte práctica, con lo que nos hace crecer.

PASOS PARA ELEVAR NUESTRA VIBRACIÓN

El primer paso para elevar nuestra vibración es no crear más negatividad con los pensamientos de rechazo, lucha, impaciencia, ira… es decir, todos aquellos de no aceptación del momento presente. Sé consciente de los pensamientos que tienes, porque son los principales responsables de tu nivel vibratorio. Cada pensamiento genera una emoción. Una emoción sostenida crea un estado de ánimo, que es la energía que mandas al Universo y, por consiguiente, la energía que recibirás de él. Así pues, estate alerta a aquello que tienes en tu campo de consciencia. Lo que piensas es lo que estás creando y, eso que creas, eleva o desciende tu frecuencia de vibración.
Un remedio infalible para no crear más negatividad con los pensamientos de baja vibración es no seguirlos, dejar que se vayan solos sin interactuar con ellos. Si no puedes, por estar muy identificad@ con las formas mentales, haz el ejercicio siguiente.

El ejercicio del perdón es fundamental para nuestra transformación interior, y PUEDES EMPEZAR YA. Es el que nos permite sanar esas situaciones y pensamientos a los que estamos “enganchados” energéticamente. Al perdonar dejamos de reaccionar inconscientemente a las situaciones que vivimos, rompiendo el bucle de acción-reacción. De esta sencilla manera modificamos la vibración de la energía que enviamos al Universo.
Cualquier pensamiento o circunstancia de vida (mala salud, escasez económica, ausencia o malas relaciones personales…) que nos desequilibre negativamente, que nos altere emocionalmente, es susceptible de tratarla con este ejercicio. Con el tiempo lo harás en contadas ocasiones, porque ya habrás sanado todas las situaciones-pensamientos que te anclaban al pasado; pero mientras llega ese momento, vuelve una y otra vez a esta poderosísima práctica. No te canses de hacerla.

Ahora vamos a llenar de contenido nuestras sesiones de trabajo interior.

PLAN DE TRABAJO VIBRATORIO

1º.- Comenzamos nuestros ejercicios de concentración-meditación con “Activando la Unidad”, en la que declaramos nuestra intención de fundirnos en uno con ella.
Hazla, como mínimo, una vez al día siendo la total concentración en lo que lees. Así, leyendo, empiezas a incrementar tu capacidad de concentración. Siente cada una de sus palabras y ábrete, por medio de tu intención, a permitirte ser tomado por la Unidad. De esta manera dejamos claro a la Unidad, y a la mente, nuestro anhelo de fundirnos con ella. Cuando te notes perdid@ en el mundo de la ilusión, falto de fuerzas o desarraigad@, sumérgete en la visualización y déjate llevar por tus sensaciones en esa conexión consciente: te notarás cambiad@ al acabar de leerla.
Hazla todos los días, hasta que dejes de hacerla; así, sin más. En un momento dado estarás en otro nivel vibratorio y no te hará falta para nada. La dejarás como a una muleta que ya ha cumplido su labor.

Mientras trabajas este ejercicio procura asentar los hábitos 1 y 2, que, fundamentalmente, es centrar la atención en tu interior. Estate 2-4 meses (el tiempo es orientativo, cada persona es un mundo) hasta tener establecido firmemente el hábito de “mirar” dentro de ti. No quieras correr en este tema (sería tu ego buscando recompensas). Tómate el tiempo necesario hasta que empieces a disfrutar estando a solas contigo. Cuando lo hayas conseguido, inicias la siguiente práctica, sigas o no con “Activando la Unidad” (yo me tiré más de un año con ella).

2º.- A la vez que haces “Activando la Unidad”, en otra de tus sesiones de concentración, comienzas con “Activando Ida, Pingala y chakras”.
Este ejercicio procura hacerlo en todo momento y circunstancia. Vuelve a él una y otra vez cuando te pierdas en ensoñaciones mentales o cuando no tengas que interactuar con el exterior (esperando en colas, paseando, en el metro-tren-autobús…). Te puede costar mucho realizarlo con los ojos abiertos, pero con la repetición lo acabas consiguiendo (si dudas de ello es tu mente quien te dirige).
Al principio te “perderás” muchas veces, no importa, es lo normal: vuelves a comenzar desde el principio. Da igual las veces que te caigas, lo importante es que te levantes siempre. Con el tiempo se convertirá en tu “refugio” de los ataques de la mente-ego intentando llevarte por su mundo de fantasía; pero, al comenzar con él, tendrás un gran reto: mantener, durante un prolongado intervalo de tiempo, toda tu atención en el ejercicio. Este esfuerzo sostenido desarrollará rápidamente tu concentración y, a mayor concentración, mayor poder de crecimiento adquieres.

ESTE EJERCICIO ES LA CLAVE DE TU CRECIMIENTO ESPIRITUAL. Si lo incorporas a tu día a día, tienes garantizado el éxito en este viaje de cambio personal, porque, aparte de mejorar sustancialmente tu capacidad de concentración, limpias y activas los circuitos energéticos. No escatimes tiempo con esta práctica, es esencial.
También, mientras estás con él, procura hacer unas cuantas veces al día el ejercicio “Activando Sushumna: órbita microcósmica”. Así irás limpiando y energizando la línea Hara, imprescindible para la siguiente práctica.

3º.- Cuando ya hagas con fluidez los nadis, comienzas con «Chakras de luz”.
Al principio, y hasta dominarlo totalmente, haz el ejercicio completo. Cuando realices la parte del planeta y el universo te sentirás diferente, inclusive puede que hasta mal: es tu amor divino, tu amor incondicional, imponiéndose a las capas más profundas del ego-miedo. No te preocupes por esas sensaciones: es una buena señal. Al poco disfrutarás y sentirás una gran alegría al amar al Universo. Esa alegría es la alegría de dar.

Una vez ya puedas hacerla fácilmente con los ojos abiertos en tus quehaceres diarios, te centras en “Saludo a los chakras”, “Conexión Tierra-Cielo” y “Chakras de Luz-aura”. Cuando sientas nítidamente la conexión Tierra-Cielo, pasas a hacer todo el día “Chakras de luz-aura”. Utiliza, en principio el color violeta (irás cambiando, sin darte cuenta, al rosa según se vaya limpiando-elevando tu vibración) y permaneces semanas o meses con él. No tengas prisa en dejarlo: el ejercicio te dejará a ti.

“Chakras de luz” eleva la vibración de nuestra energía al conectarnos con la del Amor Universal, haciendo que la más baja del apego vaya desacoplándose de la nuestra. A consecuencia del aumento vibratorio, incrementamos nuestra sensibilidad y clarividencia, despertándonos del sueño de la ilusión, percibiendo más claramente identificaciones que permanecían ocultas para nuestro nivel habitual de consciencia. Además, va formándose una burbuja energética que nos aísla de la resonancia de la vibración del ego circundante. De esta manera, nuestra “isla personal de amor” no será contaminada por la polución mental de la ilusión que llena este mundo.
Llegará el día en que notarás cómo tienes creada tu burbuja protectora (es tu aura fortalecida por la energía del Amor Universal). En un momento dado, no te hará falta concentrarte en ella para sentirla: sólo con tu intención la percibirás envolviéndote completamente, sin ningún esfuerzo por tu parte. Este es el indicador de que has alcanzado un total control mental que impedirá a los pensamientos ilusorios de la mente-ego llevarte por su mundo. En este punto ya eres el/la soberan@ de tu mundo mental y serás capaz de mantener sólo los pensamientos que desees.

4º.- Tras dominar la visualización anterior, con tu burbuja creada, conviertes los dos ejercicios anteriores (“Activando Ida, Pingala y Chakras” y “Chakras de luz”) en ejercicios de mantenimiento-limpieza, haciendo dos-tres visualizaciones diarias (no te va a llevar más de 1 minuto de reloj por cada una. Yo los suelo hacer a la mañana, antes de salir de casa a trabajar y de la oración al Padre) y, durante el resto del día, te centras exclusiva y permanentemente en “Sintiendo lo que somos: vibración”.

«Chakras de luz» nos conecta a la Unidad, «Sintiendo lo que somos» nos ancla en ella. Cuanto más lo hagas más poderosa y elevada se vuelve tu energía. Si tienes momentos de agobio mental que te impidan sentir lo que eres, haz la “Respiración consciente”. A veces, por estar alterados emocionalmente, la ansiedad por llegar a percibir nuestra vibración nos impide acercarnos a ella. La respiración consciente nos lleva a un estado intermedio, al relajarnos, permitiéndonos disfrutar de lo que somos.

El objetivo de este ejercicio es pasar de la energía mental, que crea la ilusión, a la energía del amor que es nuestra esencia física. Para ello, centramos la atención en la sensación de nuestra energía vibrando. Esta vibración que sentimos es el amor que somos, que permanece siempre conectado al Amor Universal. Este amor “individual” se une, por medio de nuestra atención sostenida, al amor que todo lo llena y del que formamos parte indisoluble. Y en esta conexión recibimos todo cuanto necesitamos para crecer en armonía, según los designios de la Inteligencia Universal que palpita en la Unidad y que te guía cuando tu intención es amar incondicionalmente.
Intenta mantener siempre parte de tu atención en tu cuerpo-energía, a la vez que interactúas con el exterior: así permanecerás unid@ a tu ser y nada de fuera te desequilibrará. Cuando el mundo exterior no reclame tu atención, céntrala en tu energía, en tu amor. Al concentrarte en ella vas desarrollando y fortaleciendo tu vibración, tu luz, a la vez que la sensación de conexión con la Unidad se vuelve más intensa. Notarás cómo el mundo exterior pierde al poder de alterarte, de desequilibrarte, y comienzas a vibrar en una paz y alegría más profundas cada día. También, descubrirás con más facilidad los pensamientos de la mente-ego que te llegan y serás capaz de dejarlos pasar, sin seguirlos, quedándote anclad@ al momento presente.
De esta manera, te vas centrando-viviendo permanentemente en el Aquí-Ahora, el punto de conexión consciente con la Unidad. Y, a partir de aquí, fluyes con la vida, siendo un@ con ella. Habrás dejado de vivir en el mundo de la ilusión, el mundo de la separación, dándote cuenta de que todas las experiencias vividas hasta ahora han sido una amorosa preparación para este momento de conexión plena. Y la luz del amor que irradias elevará la vibración de las personas que se crucen en tu camino, ya que EMANARÁS LUZ DE AMOR DIVINO.

RAZONES PARA ESTAS PAUTAS DE TRABAJO

Si el ejercicio final, y en el que vamos a permanecer todo el tiempo, es el de “Sintiendo lo que somos: vibración”, ¿por qué no empezamos con él directamente y así ahorramos tiempo y esfuerzo?
Si comenzáramos con este ejercicio, lo haríamos durante un tiempo, no mucho, e irremisiblemente lo acabaríamos dejando. ¿Por qué?
Estamos muy llenos de la energía del ego. Esta energía es la que impide, a la consciencia que somos, permanecer en el cuerpo que es su casa. Es decir, el ego nos ha sacado de la casa-cuerpo que habitamos. Llevamos toda la vida fuera de nosotros, de nuestro hogar. Todas las reacciones, decisiones, pensamientos, emociones, actitudes, etc., son una creación de él. Por decirlo de otra manera: estamos poseídos por el ego. Él es quien gobierna nuestra vida y el que “vive” en la energía que somos.
Si empezamos directamente con el ejercicio de “Sintiendo lo que somos”, si intentamos de entrada “vivir” en nuestra casa, el ego (que lleva muchísimo tiempo en ella) nos echaría a patadas. Piensa por un momento la fuerza que puede tener el ego-mente en tu vida. Llevas con él muchos años y le has permitido ser tu dueño y señor. La consciencia que eres siempre ha querido volver a su hogar otra vez (ese es el anhelo que te ha hecho llegar hasta aquí), pero es muy pequeña, es una niña inocente. Y una niña poco puede hacer frente a un adulto embravecido. Así que para poder “entrar a vivir” a nuestra casa, antes hay que limpiarla del ego, de ese poderoso ser-ilusión que nos llena. Y la única manera de limpiarnos de la vibración del ego es elevando la vibración de amor que somos, permitiendo así que la Consciencia Universal pueda “vivir” en nuestra energía.
Para conseguirlo, lo primero que hacemos es pedir ayuda (l@s niñ@s piden ayuda a sus Padres): manifestamos a la Unidad nuestro deseo de ser llevad@s por ella, no por la fantasía que nos vive. Por lo tanto, empezamos “Activando la Unidad”.
Luego, ponemos en forma la energía que somos, movilizando los circuitos y vórtices energéticos de nuestro cuerpo, para facilitar esa unión, “Activando Ida, Pingala y Chakras” y “Activando sushumna: órbita microcósmica”.
Tras haber activado nuestra estructura energética, es cuando conectamos conscientemente nuestra energía a la Unidad por medio de “Chakras de Luz”. Con esta conexión vamos limpiando nuestro cuerpo-energía de la del ego, al recibir la elevada vibración del Amor Universal.
Una vez depurada nuestra energía, creamos una burbuja protectora que impedirá resonemos en la disfunción que nos rodea, por realizar diariamente nuestros ejercicios de mantenimiento.
Limpi@s ya de la mayor parte de la baja vibración del ego (tenemos mucho incorporado y a niveles muy profundos) es cuando podemos descansar en nuestro cuerpo-templo “Sintiendo lo que somos: vibración”. Con este ejercicio, la consciencia fortalecida que ya serás acabará de erradicar cualquier resto de ego agazapado en tu interior.
De esta manera, y día a día, la luz que emana la casa que habita tu consciencia será más intensa, más radiante: TE CONVERTIRÁS EN UN FARO, e iluminarás el camino de aquellos caminantes que buscan el regresar a su hogar.

Este camino, que ahora emprendes, es para toda la vida. Ya nunca volverás a tu antiguo ser: ni querrás ni podrás, porque aquello que aumentas en consciencia nunca lo pierdes. Ese aumento es lo que creces, lo que evolucionas, puesto que la vida es un constante crecimiento, una continua evolución, un perpetuo cambio.
Así que, ahora, herman@, deja que la vida te lleve de su mano, porque, como ya sabes, tú, en realidad, no eres nada ni nadie: sólo eres Consciencia. Permite que todo sea tal como es y relájate, llen@ de paz y confianza, en la energía del amor que te acoge. En esa energía que siempre ha permanecido conectada a la Unidad.

Empieza a caminar y ¡dale caña!, ¡es una maravilla lo que te espera!
Cualquier problema, duda o sugerencia, házmelo saber, por favor.
Cuídate, herman@, y… ¡DALE CAÑA!

Cuando lleves unos cuantos meses trabajando lo aprendido hasta aquí, y disfrutes haciéndolo, es el momento de continuar creciendo:VOLVIENDO AL CAMINO.

Visualización: «Chakras de Luz»

Esta visualización es la continuación de «Activando la Unidad, en la que establecimos el firme propósito de unirnos en uno con ella. Mediante “Chakras de Luz” asentamos la conexión a un nivel práctico, a un nivel energético, materializándola. Además, nos hermanamos totalmente con la energía que somos, tomando plena consciencia de ella, y nuestra percepción comienza a sentir unas vibraciones que hasta ahora habían permanecido ocultas a nuestros sentidos. Es decir, nos volvemos seres más conscientes.

BENEFICIOS

  1. Fortalece la conexión Tierra-Cielo, siendo un potente regenerador energético. Es una visualización que nos relaja y estabiliza al conectarnos con la madre Tierra (equilibrando las emociones) y el Cielo (obteniendo más clarividencia).
  2. Nos funde en uno con la Unidad. Este es el beneficio fundamental que nos aporta el ejercicio: la sensación-certeza de estar siendo guiados por la inteligencia universal, que nos va a dar en todo momento lo más adecuado a nuestro mayor crecimiento personal.
  3. Armoniza el funcionamiento de los chakras, energizándolos y liberándolos de bloqueos y desequilibrios. Además, limpia la línea Hara, consiguiendo que toda nuestra energía fluya en sintonía con la energía universal.
  4. Limpia nuestro aura de energías densas, elevando su vibración. A consecuencia de esta elevación energética, va aumentando nuestro nivel de consciencia, volviéndonos seres más profundos y amorosos.
  5. Al robustecer la energía del aura, crea un escudo protector a nuestro alrededor, aislándonos de la vibración del ego que nos rodea. Así, no resonaremos con vibraciones de más baja frecuencia que la nuestra, manteniendo un estado de ánimo sereno y optimista.
  6. Llena nuestra mente de pensamientos de amor y poder, purgándonos de los pensamientos negativos (de «no soy capaz», «no merezco«) y de lucha (del ego). De esta forma, nos centra con nuestra misión en este mundo, permitiéndonos sentir que estamos renaciendo a un nuevo ser y, por ende, a una nueva realidad al elevar nuestra vibración.

CÓMO HACERLA

En un principio hazla sentad@; cuando la domines, la harás como quieras. Siéntate con la espalda recta y las piernas ligeramente abiertas; plantas de los pies bien asentadas en el suelo. Coloca la mano izquierda, palma boca arriba, descansando sobre la derecha, con los pulgares rozándose. Cuando notes calor o un hormigueo en las manos (casi siempre al unísono con las plantas de los pies), sitúalas sobre su pierna correspondiente, palmas boca arriba, percibiendo cómo sale la energía por ellas. De todas maneras, lo importante en la postura es que te sientas cómod@, así que lo anterior es una recomendación. Tu cuerpo es el que tiene la última palabra: escúchale con atención y él te indicará cómo le gusta más.
Al principio, hasta que la tengas asimilada, léela con total concentración, sumergiéndote en las sensaciones que te transmiten aquello que lees. En este caso, las manos puedes acomodarlas sobre la mesa o rodeando el papel (recomendable llevarla impresa, mejor que en el móvil: te vas a despistar menos). Luego, con la práctica, podrás hacerla con los ojos cerrados o abiertos y en cualquier lugar (no te hará falta leerla), pero hasta que llegue ese momento dedícala toda tu atención.
Cuando ya tengas cierto dominio, una postura muy recomendable es de pie, con los pies separados la anchura de los hombros, rodillas ligeramente flexionadas, brazos formando un ángulo de 30-45º con el cuerpo y las manos abiertas. Te resultará muy fácil sentir la energía vibrando en las plantas de los pies y en las manos.
Puedes hacerla escuchando música relajante (sin voces, para no interferir), te ayudará a concentrarte mejor, pero no es requisito imprescindible.
Si te llegan pensamientos, no los sigas, déjalos pasar. Si has hecho los ejercicios anteriores de este rincón apenas te vendrán, pero seguro que tendrás más de uno. No te enredes con ellos ni te eches la bronca por tenerlos (ya estaría el ego metido otra vez en medio), tú a lo tuyo, a la visualización-sensación.

La clave de este ejercicio, aunque te parezca una tontería o algo infantil, es hacerte colega de tus chakras. Considéralos tu cuadrilla de amigos íntimos-divinos, ya que ellos son las puertas que abren o cierran la conexión energética con la Unidad. Cuando te sientas “rodead@” por la energía del ego, cuando la mente te lleve por su camino de lucha y negatividad, céntrate en el amor que recibes-das a esos vórtices de energía que son tus puntos de conexión. Ámalos, sonríelos y ellos responderán a tu amor de la única manera que saben: consiguiendo que tu energía fluya libre, poderosa y en armonía con tu mayor crecimiento espiritual.

¿Qué te parece un cuento de niños?: vívelo y ya me contarás.

Y ya, sin más preámbulos, vamos con ella.

VISUALIZACIÓN “CHAKRAS de LUZ”

Siéntate en una postura cómoda, manteniendo la espalda recta, con las manos enlazadas o sobre las piernas. Plantas de los pies sobre el suelo. Tras recorrer, con tu imaginación, la posición de tu cuerpo, te concentras en la respiración. Date cuenta del aire entrando y saliendo de los pulmones. Notas cómo tu pecho y abdomen se hinchan al inspirar y se relajan al espirar.

CREANDO LA BURBUJA

Inspira… Espira… Cada vez te sientes más relajada, más relajado, más serena, más sereno. Toda tu atención se encuentra enfocada en tu respiración, que ahora se ha vuelto pausada y profunda.
Inspira… Espira… Inspira… Espira…
Estás completamente relajada, relajado. Te sientes tranquila, tranquilo. Estás en paz…
Ahora, imagina y siente cómo se va formando, desde los pies, un tenue contorno alrededor de un metro de tu piel. En su borde exterior luce una capa dorada semitransparente y va ascendiendo, lentamente, por el exterior de tu cuerpo, cerrándose sobre la cabeza.
Ahora te encuentras dentro de esa burbuja. Te sientes protegida, protegido… relajada… relajado… estás en paz.
DISFRUTA UNOS MOMENTOS DE LA PAZ QUE TE LLENA

SALUDO A LOS CHAKRAS  

Ahora, lleva tu atención a la base de la columna vertebral, al coxis. Allí refulge un disco de color rojo intenso, que llena de fortaleza y vigor esa parte de tu cuerpo. Notas calor en esa zona, un cosquilleo. Sonríe, es tu chakra raíz recibiendo el amor que le das. Él también te sonríe, se alegra de formar parte de ti y de transmitirte toda la energía de la madre Tierra. Los dos os sentís bien, muy bien… Fúndete en uno con esa alegría que inunda todo tu ser.
Disfruta de esta sensación. DISFRUTA DE TU CHAKRA RAÍZ.   

Ahora, fíjate en la zona situada dos dedos por debajo del ombligo. Allí resplandece un disco de color naranja, emitiendo una luz poderosa y brillante. Percibes calidez en esa zona, un hormigueo. Sonríe, es tu chakra sacro alegrándose de recibir tu amor. Le encanta formar parte de ti y llenarte de toda su creatividad. Los dos os sentís bien, muy bien… Rebosas de felicidad.
Disfruta de esta sensación. DISFRUTA DE TU CHAKRA SACRO.

Llevas la atención a la parte alta del estómago, al plexo solar. Un disco de color amarillo, radiante como un sol, ilumina esa zona con una luz potente y vigorosa. Sonríe, es tu chakra plexo-solar. Concéntrate en ese punto y notarás un sutil picor: es tu chakra devolviéndote la sonrisa, alegrándose de formar parte de tu ser y de entregarte todo su poder personal. Los dos os sentís bien, muy bien… Estás llen@ de júbilo.
Disfruta de esta sensación. DISFRUTA DE TU CHAKRA PLEXO.

Subes un poco más arriba y llegas al corazón. Allí, un disco de color verde esmeralda arroja una intensa luz, llenando todo tu pecho. Adviertes un hormigueo en esa zona, una palpitación. Sonríe, es tu chakra corazón sintiéndose feliz por formar parte de tu ser y poder llenarte de su amor. Los dos os sentís bien, muy bien… Te desborda el alborozo que vibra en tu interior.
Disfruta de esta maravillosa sensación. DISFRUTA DE TU CHAKRA CORAZÓN.

Ahora, céntrate en la garganta, donde un disco de color azul claro la envuelve completamente con una poderosa y radiante luz. Percibes un cosquilleo en ese lugar: es tu chakra garganta devolviéndote tu amor. Se alegra mucho de formar parte de ti y de impregnarte con su poder de comunicación. Los dos os sentís bien, muy bien… Saborea ese optimismo que llena todo tu ser.
Disfruta de esta maravillosa sensación. DISFRUTA DE TU CHAKRA GARGANTA.

Tu atención se fija ahora en el entrecejo. Allí palpita un disco de color violeta, inundando de luz esa zona. En esa luz vibra una energía poderosa y penetrante, haciéndote sentir una picazón en la frente. Sonríe, es tu chakra del tercer ojo alegrándose de recibir tu amor. Le encanta formar parte de ti y transmitirte su clarividencia. Los dos os sentís bien, muy bien… La euforia te llena.
Disfruta de esta sensación. DISFRUTA DE TU CHAKRA DEL TERCER OJO.

Ahora, te fijas en tu coronilla, donde oscila un disco de color blanco, irradiando una luz platino iridiscente. Esta luz emite una poderosa y amorosa energía, que te llena de una profunda paz. Siéntela en toda su plenitud. Sonríe. Adviertes unas palpitaciones en la parte posterior de tu cráneo: es tu chakra corona devolviendo tu sonrisa. Es feliz formando parte de ti y le entusiasma conectarte a la Unidad. Los dos os sentís bien, muy bien… Descansa en la paz, el amor y la alegría que palpitan ahora en todo tu ser.
Disfruta de esta maravillosa sensación. DISFRUTA DE TU CHAKRA CORONA.

Notas todos tus chakras radiantes, pletóricos y armonizados. Rebosan de luz y energía, llenándote de júbilo y optimismo… Te sientes divinamente bien.

Disfruta de esta sensación de gozo, de plenitud.
DISFRUTA. DISFRUTA.
PERMANECE UN RATO SINTIENDO LA DICHA QUE TE LLENA

CONEXIÓN TIERRA-CIELO

Ahora, te fijas en tu respiración.
Inspira… Espira… Inspira… Espira…
Al inspirar, visualiza cómo brota del núcleo de la Tierra un tubo de luz platino iridiscente. Este conducto se conecta a tu chakra raíz y esa energía platino comienza a subir por tus piernas y columna vertebral, llenándote del poder y la fortaleza de la madre Tierra. Mientras asciende, detén tu atención un instante en cada chakra, a modo de saludo, comenzando por el raíz y finalizando en el corona. Al espirar, percibes esa energía saliendo por la coronilla en dirección al cielo.
Inspiras y sientes ascender la energía por tus piernas y tu columna vertebral. Espiras y notas cómo brota de tu chakra corona expandiéndose al firmamento. Te sientes segura, seguro, poderosa, poderoso.
Inspira… Espira… Inspira… Espira…

Ahora, al inspirar, ves descender de las profundidades del Cosmos un tubo lleno de luz dorada iridiscente que se conecta a tu chakra corona. Esta luz baja por tu columna, llenándote de una suave energía que te relaja y te colma de paz al instante. Mientras desciende, detén tu atención un momento en cada chakra, saludándolos, comenzando por el corona y acabando en el raíz. En la espiración, ves cómo esa luz dorada llega a la madre Tierra a través de las plantas de los pies, llenándola de energía divina.
Inspiras y sientes el descenso de la luz dorada por tu columna vertebral. Espiras y la ves brotar de tus pies inundando a la Tierra de tu esencia. Te sientes libre, ligera, ligero.
Inspira… Espira… Inspira… Espira…

Sientes estar sumergid@ en un tubo de luz, de un metro de diámetro, en el que oscilan dos energías, una dorada y otra platino, llenándote de poder y de paz. Este tubo de luz se pierde en las profundidades del Cosmos y de la madre Tierra. Te notas energizad@ y protegid@… Te sientes poderos@

PERMANECE UN RATO DISFRUTANDO DE ESTE CICLO RESPIRATORIO 

CHAKRAS DE LUZ-AURA

Ahora, al inspirar, notas cómo por tu chakra raíz, asciende la poderosa energía platino de la Tierra; y, al mismo tiempo, por tu chakra corona, desciende la amorosa energía dorada del Cielo. Espiras y esa energía, que rebosa a lo largo de tu columna, la expandes al exterior por medio de tus chakras. Esta luz va llenando ese contorno que te rodea de energía platino brillante, energizándote completamente. Te sientes cada vez mejor y mejor.
Inspiras y absorbes energía de la Tierra y del Cielo. Espiras y llenas de luz tu espacio vital: tu aura. 
Ves cómo tu burbuja refulge con una luz cada vez más intensa, más resplandeciente. Percibes todo tu cuerpo-energía vibrando en esa luz, siendo esa luz. Eres luz vibrando.
Inspira… Espira… Inspira… Espira…
Ahora, ese espacio que te rodea está lleno de luz.
Siente la luz que eres. Disfruta de lo que eres.
PERMANECE UN RATO DISFRUTANDO DE ESTE CICLO RESPIRATORIO

CHAKRAS DE LUZ-PLANETA

Ahora, al espirar, expandes tu luz a este planeta.
Inspiras y absorbes energía de la Tierra y del Cielo. Espiras y tus chakras llenan de luz este mundo. Ves a todos los seres humanos, animales, plantas, ciudades, océanos, continentes… despidiendo una luz platino brillante. Sientes vibrar todo en esa luz.
Inspira… Espira… Inspira… Espira…
Ahora, la Tierra está llena de tu luz, de tu luz.
Todo es luz. Sólo existe luz.
Siente la luz… Siente lo que eres…
PERMANECE UN RATO DISFRUTANDO DE ESTE CICLO RESPIRATORIO 

CHAKRAS DE LUZ-UNIVERSO

Ahora, al espirar, expandes tu luz al Universo.
Inspiras y absorbes energía de la Tierra y del Cielo. Espiras y llenas de luz el Cosmos. Todos los planetas conocidos y desconocidos vibran en la luz platino iridiscente que irradia tu aura.
Inspira… Espira… Inspira… Espira…
Ahora, el Universo está lleno de tu luz.
Todo es luz. Sólo existe luz.
Siente la luz. Disfruta de lo que eres.
PERMANECE UN RATO DISFRUTANDO DE ESTE CICLO RESPIRATORIO

Inspiras… y notas como tu aura rebosa de luz radiante, de luz divina.
Espiras… y sientes como la energía recorre en oleadas tu cuerpo.
PERMANECE UN RATO DISFRUTANDO DE ESTE CICLO RESPIRATORIO

Inspiras… y sonríes.
Espiras… y miras lo que te rodea.

RECOMENDACIONES 

1ª. Esta visualización tiene varias partes que pueden hacerse independientemente unas de otras en función de nuestras necesidades.
– Saludo a los chakras: recomendable todos los días como ejercicio de mantenimiento energético.
– Conexión Tierra-Cielo: cuando nos puedan las emociones y queramos centrarnos. Haz ciclos respiratorios de tres conexiones con la tierra y tres con el cielo: verás cómo cambia tu estado de ánimo.
– Chakras de Luz-aura: si nos notamos con energía negativa vibrando en nuestro ser. En esta parte de la visualización podemos cambiar el color de la luz que emanamos de los chakras y que va llenando nuestro aura. El color, por defecto, es el platino iridiscente que es un tono comodín, vale para todo; pero si queremos trabajarnos residuos de la negatividad del ego, el mejor es el violeta, el color del perdón y la transformación.
– Chakras de Luz-planeta y Universo: cuando queramos profundizar en nuestro amor incondicional y sentir más intensamente nuestra divinidad.

2ª. Más importante que la visualización como tal, es sentir la vibración de la luz en tu energía: esta es la clave. Con la visualización enfocamos la atención en un punto, manteniendo el control total de los pensamientos. A partir de ahí, nos centramos en la sensación que experimentamos en nuestra energía por medio de la visualización. Pasamos de la mente a la energía-sensación y, de esta manera, vamos elevando nuestra vibración, creciendo como seres conscientes.

3ª. Cuando ya la domines habrás creado, por la repetición, tu propia burbuja protectora, que coincide con los bordes del aura, aislándote de la energía disfuncional del exterior que nos rodea por todas partes.
El mejor color para ello es el rosa-violeta (amor-perdón). Es recomendable utilizar este color al principio, como forma de limpieza energética, complementada con el ejercicio del perdón. El platino es un tono muy poderoso, el dorado relaja y equilibra. Hay muchos colores más y cada uno tiene sus propiedades; investiga, si quieres, en ello. De todas formas, en esto de los colores, como en todo, déjate llevar. Tú mism@ notarás cual es el que brota de tus entrañas y lo visualizas como lo sientas, así siempre acertarás. Para ello, en la visualización, haz hincapié en cómo tu aura se va llenando de luz con esa tonalidad saliendo por los chakras.
Cuando lleves un tiempo trabajándotela, en vez de llenar el contorno de una coloración en concreto, deja que cada chakra rodee tu cuerpo con su color característico, a modo de “rodajas” de energía, con la anchura que le corresponda a cada uno. De esta manera la burbuja se vuelve multicolor y notarás todo tu ser energizado y centrado.

4ª. Un estupendo complemento a esta visualización es “Activando los nadis”, que nos servirá para distribuir el flujo de energía de una manera equilibrada entre los chakras, evitando su estancamiento. De esta manera, la energía que recibimos de la Tierra-Cielo será procesada de la mejor manera posible, llenándonos de vigor físico y confianza en nuestro poder interior.

5ª. Esta visualización es para vivir con ella. Procura hacerla, cuando ya la domines, estando de pie: caminando, esperando en colas, dando un paseo, etc. Yergue la espalda y saca tu pecho, poniendo la columna vertebral recta, fijándote en la coronilla y las plantas de los pies (los puntos de entrada-salida de la energía en nuestro cuerpo).
Convierte esta visualización en el lugar en el que descanse tu atención cuando no tengas que interactuar con el mundo y, si debes hacerlo, vuelve a ella en todos aquellos momentos que te notes llevad@ por los pensamientos ensoñadores. Hazlo así, una y otra vez, y pronto notarás sus maravillosos beneficios.

CONSIDERACIONES FINALES

Como decía Platón: “El que aprende y aprende y no practica lo que sabe, es como el que ara y ara y no siembra”. Por muy bien que sepas los ejercicios a realizar para desarrollar un músculo, si no los haces no lo fortalecerás nunca. Lo que te va a hacer crecer como persona no es lo que sepas, esto solo ayuda a entender (mente en acción) lo que vives, sino lo que hagas con lo que sabes.

Este ejercicio produce una poderosa elevación de nuestra frecuencia de vibración. Si trabajamos el color violeta profundizamos en los cambios obtenidos con el ejercicio del perdón, pero vamos a ir más allá, porque esta energía violeta es de la más alta frecuencia. De esta manera, conseguimos que la energía más densa del ego nos abandone, como un parásito deja el cuerpo que le sustenta cuando se aplica un repelente. Ahora bien, esta “desparasitación” es dolorosa, ya que esa energía forma parte de nosotros, produciéndose desgarros internos al desapegarnos de aquello que creíamos ser.
Es lo que tiene desidentificarse del ego: duele mucho al principio, pero luego eleva. No cedas a la desesperación de los pensamientos alocados que te enviará el ego cuando se note atacado: céntrate en la visualización. Si te concentras en ella eres tú quien crea los pensamientos de los que eres consciente. Si te dejas llevar por las ensoñaciones de la mente, que nos suelen asaltar cuando las circunstancias de la vida nos van “mal” (van “mal” para el ego, no para el ser divino que eres), entonces ya estarás otra vez en las manos de la mente, viviendo la ilusión. Ya no será tu voluntad-consciencia la creadora de tus pensamientos, sino el ego; “serás vivido” por él, convirtiéndote en su siervo… y habrás perdido tu libertad.

Desidentificarse del ego, librarse de la ilusión, realmente no es más que mantener el control consciente de nuestros pensamientos en todo momento y circunstancia. Este control se obtiene con el desarrollo de la concentración y, esta, se ejercita manteniendo la atención consciente en un punto. En nuestro caso concreto mantenemos la atención en la visualización, con la ventaja añadida de que creamos aquello a lo que prestamos atención (somos seres creadores). Al fijarnos en nuestros órganos energéticos elevamos nuestra vibración, convirtiéndonos en canales de transmisión de la energía del amor (la energía que sustenta nuestro cuerpo físico), a la vez que desarrollamos nuestra consciencia divina (nos volvemos seres mucho más sensibles). Este desarrollo de nuestra consciencia nos permite filtrar automáticamente los pensamientos que nos llegan, para vibrar sólo en los de frecuencia más elevada.

De esta manera, practicando cada día los ejercicios que ya conoces, tu vibración se irá elevando a la par que tu vida reflejará estos cambios, notando en tu interior la gran diferencia entre el ser que eras antaño y en el que te estás convirtiendo gracias a tu trabajo interior. Llegará un día en que sentirás que no te encuentras sol@ en esta vida, que algo muy poderoso, amoroso e inteligente guía tus pasos. Es una sensación que se acrecienta con el tiempo, como una nueva energía que te va llenando, que te va tomando. Esta es la señal de que ya estás conectad@ conscientemente a la Unidad, porque esa sensación de no estar sol@ es tu consciencia dándose cuenta de su unión a la Consciencia Universal.
Mientras tanto, y hasta que llegue ese momento, la vida te regalará aquello que necesites para tu mayor crecimiento personal. Y lo mejor de todo es que este camino de crecimiento, de profundización, de elevación, es infinito: nunca vas a dejar de crecer. La Unidad te llevará en sus brazos, como lo ha estado haciendo hasta ahora (sin que te dieras cuenta de ello), para que te expandas como ser de la manera más armónica posible y poder llevar a cabo la maravillosa misión que tienes-tenemos en esta vida: ser canales de la consciencia del Dios/a que somos.

Así que, herman@, practica, practica, practica.

Cualquier duda, problema o inquietud, coméntamela.
Nos vemos en «La reconexión: el regreso a casa».

Un abrazo, de corazón.

Activando nadis y chakras

Ahora vamos a conocer un par de ejercicios muy efectivos para acondicionar nuestros circuitos energéticos y que fluya armónicamente por nuestro cuerpo la energía del universo, la energía que nos da la vida.

El primero de ellos te puede parecer complicado de hacer, dependerá de tu capacidad de concentración. Yo me he tirado con él más de un año, repitiéndolo entre 30 y 50 veces diarias. Al principio era una pura desesperación, me despistaba un montón de veces. Cada vez que me perdía, en la ascensión casi siempre, volvía a comenzar desde el principio. Una y otra vez.
Recuerdo un sábado a la tarde, estando detenido en un semáforo en el coche, yendo a bailar. Intenté hacerlo un par de veces y nada, no pude culminar la ascensión de un tirón. Desistí de llegar a hacerlo bien: “no tengo cabeza para esto, ya soy mayor para estas historias”, pensé. Llevaba un mes con él y me costaba horrores. Hasta llegar al chakra corazón iba medianamente bien, pero a partir de ahí, hasta alcanzar el chakra corona, todo se descontrolaba. Siempre. Y vuelta a empezar, una y otra vez. Me veía incapaz de lograrlo.
Al día siguiente dibujé el circuito en un papel: “¿cómo va a poderme un simple ejercicio de concentración?, ¿quién me creo ser?”, me dije. Eso fue en enero de 2017. En la actualidad (3 de julio de 2018), mientras bailo los sábados en la discoteca que voy habitualmente, hago el ejercicio. Cuando me confundo, que a veces me pasa, comienzo desde el principio, disfrutando del paseo entre mis chakras.

Esta dificultad en los inicios se transforma al poco en su mayor virtud, porque te permite desconectar instantáneamente de ese agobio mental que puedes vivir en un momento dado. Cuando tengas muchos pensamientos atropellados, cuando te sientas mal por el motivo que sea y notes que la mente te lleva por su camino: vete a esta visualización. Automáticamente te relajarás porque no puedes mantener TODA tu atención en dos sitios a la vez y si la tienes en este ejercicio no te encuentras perdid@ en el mundo de la mente, en el mundo de la ensoñación. Al hacerlo con esta intención ya no será un ejercicio que debes hacer para elevarte, sino que se convertirá en tu oasis privado en el que descansas del mundanal ruido, olvidándote del agobio de la mente y de la identificación con esta ilusión de vida que parece tan real.

Todos los obstáculos, dificultades o problemas que puedas tener para hacerlo no son más que engaños del ego-mente para que no sigas con ello. Vive con la certeza de que lo consigues, sé constante (la repetición es la madre de la mejora) y ¡dale caña porque vas a flipar con él!, de verdad.

Así que, sin más preámbulos, vamos a conocer algo más de esta maravilla.

ACTIVANDO IDA, PINGALA Y CHAKRAS

Nosotros, como seres físicos, somos transformadores de energía: tomamos energía de la respiración, alimentos, sol y del agua. Esta es la energía que nutre el cuerpo físico, pero también recibimos energía sutil del cielo y de la tierra, la energía del universo, para posteriormente darla al mundo. La energía del cielo penetra en nuestro cuerpo por medio del chakra corona, la de la tierra por el chakra raíz. Esta energía sutil se distribuye por medio de unos canales llamados nadis. Tenemos más de 70.000 en nuestro cuerpo (es lo que dicen, yo no los he contado), siendo tres los fundamentales: Sushumna, Ida y Pingala.

El nadi Sushumna es el canal de energía que une el chakra raíz con el corona, ascendiendo por la columna vertebral. Los chakras nacen de él y es el nadi más importante porque nutre de energía a todos los demás.
Ida y Pingala zigzaguean entre los chakras, encargándose de mantenerlos en perfecto estado, equilibrando y armonizando su vibración.

Los chakras son nuestros «transformadores energéticos personales». Son unos vórtices de energía encargados de transmutar la energía a la vibración adecuada, tanto la que recibimos como la que damos. Esta vibración constante de los chakras, junto con la energía que absorbemos de la tierra-cielo, crea una burbuja energética (el aura) que nos rodea totalmente, actuando como una armadura protectora. Cuando los chakras no funcionan adecuadamente, esa burbuja energética personal refleja esas anomalías, creándose agujeros o puntos más débiles. Por ellos penetra la energía disfuncional del exterior (la del ego-mente que nos rodea) contaminándonos y haciendo descender nuestra vibración personal. Fíjate, cómo a veces, al quedarnos sol@s tras permanecer un rato con una persona, nos notamos «mal» por dentro, con toda nuestra energía movida Eso es porque la energía-vibración de esa persona ha resonado en nuestro interior, haciendo vibrar la nuestra en su misma frecuencia. De esta forma, cuando los chakras no trabajan armónicamente, nos encontramos desprotegidos frente a la energía del exterior, siendo susceptibles de ser «dirigidos» por ella.

Por el contrario, cuando los chakras vibran armónicamente, entonces, todo fluye. Nos sentimos plenos de energía, de confianza, de optimismo, siendo mucho más creativos y con el poder suficiente para llevar a cabo aquello que expresa nuestro anhelo más querido. Nos convertimos en perfectos canales de transmisión de la energía del universo-amor a este mundo físico. Y este flujo de energía, de la más alta vibración, es el que nos va a ir elevando constantemente, convirtiéndonos en seres más conscientes, más despiertos. Por lo tanto, cuando tenemos nuestra burbuja en perfecto estado nada de fuera nos puede afectar, somos libres de las influencias del mundo exterior y, en este caso, nuestra energía es la que eleva a la de las personas que interactúan con nosotros.

Así que fíjate en la importancia de este ejercicio para nuestro crecimiento y desarrollo personal.

BENEFICIOS:        

– Tranquiliza y relaja el tráfico mental, desconectándonos de la mente ensoñadora. Si hemos tenido una discusión o una mala noticia y, tras ella, nos quedamos sumergidos en la vorágine habitual de pensamientos, este ejercicio nos separa de nuestro ego que se siente lastimado, permitiéndonos recuperar nuestro «tono emocional» habitual.

– Desarrolla la capacidad de concentración: nuestro auténtico poder. Según se desarrolla la capacidad de concentración vamos tomando el control de la mente y los pensamientos ensoñadores no nos llevarán por su camino. Nos volvemos más conscientes de donde enfocamos la atención, pudiendo cambiar la dirección de esta a voluntad nuestra. No como ahora, que a veces nos vemos esclav@s de los pensamientos sin poder “escapar” de ellos.

– Limpia, equilibra y energiza los chakras al mantener la fluidez de la energía que los sustenta. De esta manera preparamos nuestra energía para elevar su frecuencia, convirtiéndonos en personas más amorosas y vigorosas, aportándonos clarividencia. Así vamos creciendo como seres conscientes, a la vez que desarrollamos las cualidades personales ligadas a la vibración de cada chakra correspondiente.

FORMA DE HACERLO:

Puedes hacerlo sentad@, tumbad@ o de pie. Yo, normalmente, la hago de pie ya que me resulta más fácil seguir la visualización, pero tú mism@, hazlo como más te guste. Los ojos, al principio, cerrados; cuando lleves un tiempo con ella la harás como quieras.

El ejercicio lo comienzas con una inspiración y, a partir de ahí, te olvidas de cómo respiras. Lo importante es visualizar el recorrido de la energía entre los chakras. Con el tiempo ya podrás ser consciente de más cosas, pero en principio céntrate en la visualización. Si tienes problemas para seguir el circuito, acompáñate con un dedo marcando la trayectoria por tu cuerpo.

  1. Haz unas cuantas inspiraciones hasta notarte relajad@ y centrad@.
  2. Inspiras e inicias la ascensión de la energía (luz platino) por la pierna izquierda (por la derecha si eres o has sido zurd@ de pequeñ@), penetrando por la izquierda del chakra raíz (por la derecha si eres o has sido zurd@ de pequeñ@). Haz el giro del chakra, sales y continuas la ascensión por la derecha del 2º chakra. Haces el giro con él, sales por su izquierda y entras en el 3º. Recorres todos los chakras (fíjate en el dibujo) hasta llegar al corona (igual lo visualizas un poco más grande que los demás), donde comienza el camino de descenso. Prosigues con el recorrido inverso y lo finalizas con la energía bajando por la pierna derecha, saliendo por la planta del pie.
  3. En el recorrido ve-imagina los colores de los chakras intensos y brillantes, aunque con la práctica constante verás cómo cambian de intensidad y textura según tu estado de ánimo.

NOTAS:

1.- Cuando tengas suficiente destreza puedes hacer el ejercicio siguiendo el ritmo de la respiración: en la inspiración realizas la ascensión; en la espiración el descenso. Esto requiere la máxima concentración y será la señal de tu maestría, pero que este no sea tu objetivo: es una consecuencia del trabajo realizado.
2.- Procura hacer la visualización todos los días como ejercicio de mantenimiento y, a veces, lo harás sin tener intención de hacerlo: te lo pedirá tu propia vibración.
3.-El único objetivo en todo trabajo interior es: DISFRUTAR. Intenta disfrutar de todo lo que haces. Al principio, hasta que lo domines, estarás un poco tens@ (te sentirás insegur@ mientras lo realizas) y tendrás que estar más concentrad@ de lo habitual. Cuando tengas soltura con él ya no te «costará» tanto concentrarte en ello y entonces empezarás a disfrutar. Y cuando disfrutas comienzas a crecer, a elevarte, porque lo haces sin esfuerzo, sin lucha. Y todo aquello que hagas sin lucha te eleva.

ACTIVANDO SUSHUMNA

Con este ejercicio complementamos el anterior, ya que activamos el nadi Sushumna, limpiando y abriendo la línea Hara de nuestro cuerpo, favoreciendo la conexión Tierra-Cielo.
La línea Hara es un tubo de energía que asciende desde nuestros pies, conecta con el nadi Sushumna y fluye al cielo por medio del chakra corona. Es nuestra conexión con la energía de la tierra y del cielo: es el punto de encuentro entre nuestra parte física humana y nuestra divinidad. Es el canal que nos conecta a la Unidad.

Con esta visualización equilibramos el flujo de energía que circula por nuestro cuerpo, corrigiendo los excesos y deficiencias de esta. Además, nos libera de la energía del pasado, de actitudes antiguas y formas obsoletas de ver la vida, permitiéndonos avanzar más rápidamente en nuestro cambio personal.

Procura hacer este ejercicio habitualmente, a modo de mantenimiento. Así, la línea Hara se encontrará limpia y despejada para asimilar mejor la energía de más alta vibración. Al pasar esta energía a través nuestro nos vamos elevando, aumentando nuestra frecuencia de vibración, siendo más luz. Y esta luz es la que damos al mundo.

FORMA DE HACERLO:

  1. Siéntate en un lugar cómodo con la espalda erguida. Ojos cerrados, manos descansando sobre las piernas. Con el tiempo y la práctica lo harás andando, esperando en colas o mientras cocinas porque será motivo de gozo.
  2. Haz unas cuantas inspiraciones hasta notarte relajad@ y centrad@.
  3. Inspira profundamente mientras llevas la atención debajo del ombligo, donde brilla una luz platino iridiscente. En cada inspiración sientes cómo esa energía, esa fuerza vital, va llenando tu vientre hasta sentirlo pleno, poderoso y refulgente.
  4. Una vez tengas almacenada la energía vital en tu vientre, en la inspiración la haces descender al coxis para luego ascender por tu columna vertebral saliendo por la cabeza, como si fuera una fuente. En la espiración desciende por el exterior de tu cuerpo, llenando el aura de esa luz iridiscente, hasta llegar al suelo. En la inspiración entra por el coxis y te recorre por tu centro, hasta rebosar por la cabeza. En la espiración te bañas en esa luz que te interpenetra a modo de ducha energética.
  5. Permanece todo el tiempo que quieras disfrutando de esa luz, tu luz, que te limpia y energiza.

Nos vemos en «Creencias: las jefas del cotarro. Qué son y cómo funcionan».
Un abrazo, de corazón.

Estructura energética de nuestro cuerpo. Los chakras

ESTRUCTURA ENERGÉTICA DE NUESTRO CUERPO

En nuestro cuerpo tenemos unos canales de energía llamados nadis (meridianos en la medicina china), encargados de transmitir la energía sutil, que es la fuerza vital codificada con la información necesaria para funcionar en el plano celular. Esta energía, que la tomamos del aire que respiramos, de los alimentos, del sol y del agua que bebemos, se combina con la energía que recibimos de la tierra y del cielo, transformándose por medio de los chakras. Existen más de 70.000 nadis en nuestro cuerpo, de los cuales tres son los principales: Ida, Pingala y Sushumna. Los dos primeros ascienden y descienden enroscados a lo largo de nuestra columna, interconectando todos los chakras. El tercero asciende por el interior de la columna vertebral y es el que nos eleva a planos superiores de consciencia.

 

 

Interactuando con el sistema de chakras está el aura. Es un campo de luminosidad que rodea a personas, animales, plantas y objetos. Interpenetra y envuelve nuestro cuerpo alrededor de un metro y se compone de siete capas, cada una de ellas «conectada» a un chakra. Su tamaño, color, forma y densidad varía en función de nuestro estado de ánimo. El aura es la radiación de nuestra fuerza vital y nuestro punto de conexión con el universo: recibe de él la energía, la filtra por las diferentes capas y la transmite a sus chakras correspondientes que, a su vez, la distribuyen a los nadis, al sistema nervioso y a las glándulas endocrinas. Al mismo tiempo emite nuestra energía, recibida de los chakras, al universo que se pone a materializar lo que aquella le demanda, atrayendo las situaciones y circunstancias acordes a la vibración emitida. El aura es nuestro canal de intercambio energético con el universo: por ahí la emitimos y por ahí la recibimos.

Existe una línea vertical de energía procedente de la tierra que atraviesa nuestros chakras y nos conecta con el cielo, creando un pilar de luz en nuestro interior: es la línea Hara. La activación de esta línea nos equilibra, manteniéndonos centrados y arraigados en nuestro ser. En esta línea palpita el objetivo de nuestra vida, nuestro camino en ella y el poder para recorrerlo.

Ahora hablaremos de los chakras, la columna vertebral, nunca mejor dicho, de nuestro sistema energético.

LOS CHAKRAS

Son unos vórtices de energía, repartidos a lo largo de la columna vertebral, separados unos 30 cm. de ella y situados en la parte frontal y dorsal de nuestro cuerpo. El primero y el último solo tienen un vórtice, que son los que captan la energía de la tierra y del cielo para transmitirla por la línea Hara. Tenemos 7 chakras fundamentales (además de unos cuantos secundarios) que son los que vamos a ver aquí para, más adelante, trabajar con ellos. Cada chakra va asociado a una glándula de nuestro cuerpo y a un arquetipo psicológico, que es el reflejo de la actitud que adoptamos ante la vida. Estos vórtices no solo transforman la energía que reciben de nuestro organismo, de sus células, sino también la que reciben del aura. Si los chakras tienen un comportamiento deficiente, bien por un exceso de «revoluciones» (abiertos) o por defecto (bloqueados), se rompe el discurrir armónico de la energía surgiendo los desequilibrios. Estos afectarán, tanto a la parte física de nuestro cuerpo, con problemas de salud relacionados con la glándula correspondiente, como a la parte psicológica de nuestro ser, manteniendo actitudes descompensadas a la hora de afrontar los desafíos de la vida. Por lo tanto, es fundamental para nuestra salud, en todos los sentidos, tener los chakras funcionando perfectamente.

 

 

Comenzando de abajo a arriba, son los siguientes:

1.- Chakra raíz. El color asociado es el rojo y su verbo: yo tengo. Situado en la base de la columna vertebral, es el encargado de recibir la energía de la madre Tierra y va asociado a las glándulas suprarrenales, productoras de la adrenalina. Si lo tenemos equilibrado nos notaremos llenos de energía y vitalidad, siendo capaces de desenvolvernos con confianza en el mundo físico y de conseguir nuestro sustento por nosotros mismos. Estaremos llenos de seguridad, autoestima, de fortaleza interior, Nos sentiremos arraigados y queridos en este mundo, sabiendo que nada nos va a faltar. Sus arquetipos, dependiendo de si el chakra está armonizado o no, son la Madre Tierra y la Víctima. La primera nutre, da seguridad, transmite respeto y amor incondicional. El segundo, por el contrario, se ve incapaz de satisfacer sus necesidades, como un bebé que no puede alimentarse por sí mismo. Siente que el mundo es un lugar hostil y que no tiene recursos para enfrentarse a él, echando la culpa a los demás de su propia incapacidad.

2.- Chakra sacro. Su color es el naranja y su verbo: yo siento. Situado un par de dedos debajo del ombligo, está asociado a los órganos reproductores. Este centro se encarga de procesar y expresar las emociones que vivimos, a la vez que percibimos las de los demás, permitiéndonos relacionarnos de una manera fluida. Aquí se gestiona la sexualidad, la atracción física y las relaciones en general. Cuando está sano y equilibrado nos permitimos gozar y disfrutar de todo lo que tenemos en nuestra vida. Nos sentimos merecedores de lo que poseemos y ahí radica el secreto de la verdadera abundancia, que no se refiere a tener mucho de nada, sino a nuestra actitud en relación con lo que poseemos. Cuando sentimos que lo que tenemos y lo que somos es suficiente, el chakra funciona perfectamente. Con este chacra equilibrado rebosamos pasión por lo que hacemos, vivimos la vida intensamente disfrutando de todo lo que nos regala. En este chakra radica nuestra creatividad que luego aflorará al mundo. Los dos arquetipos de este chacra son el Soberano y el Mártir. El primero disfruta y comparte lo que posee, porque se sabe merecedor de ello y que tiene suficiente, emanando magnetismo personal gracias a esta seguridad. A su vez, mantiene vínculos emocionales claros con los demás, expresando su creatividad al mundo. El mártir se queja de que el mundo está mal, de que no hay suficiente para todos, pero no hace nada por remediarlo, sólo se queja porque se nota lleno de carencias. No se ama a sí mismo y cree que disfrutar con algo es «malo», que no es merecedor de ello. Probablemente tenga malas relaciones en general debido a la mala gestión de sus emociones.

3.- Chakra plexo solar. El color de este chacra es el amarillo y su verbo: yo puedo. Situado justo donde acaba el esternón, va asociado al páncreas, productor de la insulina. En esta chakra reside tu poder personal y es el que te permite aceptar los riesgos de la vida con el convencimiento de que puedes manejar cualquier situación a la que te enfrentes, con lo cual la autoestima está relacionada con él. En este chacra radica tu fuerza de voluntad, poderío, confianza y autocontrol. Es el centro de la identidad y del ego, aquí se planifican las cosas y se toman las decisiones correspondientes. Los arquetipos relacionados son el Guerrero y el Sirviente. El primero lleva a cabo su misión en esta vida, su trabajo, con todo su poder y fuerza de voluntad; para él los obstáculos son oportunidades para crecer y desarrollarse. Por el contrario, el segundo, va a rebufo de los demás, buscando su aprobación, deseando ser amado a través de sus actos, no por lo que es. Es envidioso y celoso de los éxitos ajenos porque desearía imitarlos, pero se ve incapaz de ello, ya que no reconoce su propio valor.

4.- Chakra corazón. El color de este chakra es verde o rosa, según más te guste, y su verbo es: yo amo. Como su nombre indica se encuentra en el corazón y está relacionado con el timo, que es la glándula encargada de producir glóbulos blancos. Este chakra es el que sirve de unión entre los tres inferiores, relacionados con la parte física de nuestro ser, con los superiores, que afectan a la parte espiritual. Este es el centro del amor incondicional, tanto a los demás como a nosotros mismos. Aquí reside la capacidad de perdonar, así como la compasión. La autoestima, el amarse a uno mismo, brota de este centro que conecta todo. Aquí radica la fuerza transformadora que atesoramos: el poder del amor. La respiración consciente es un buen ejercicio para abrir y equilibrar este chakra. Los arquetipos de este chakra son el Amante y el Dependiente. El primero vive sus relaciones con los demás, sea progenitor, hijo, pareja u otros, sin esperar nada de ellas porque ya se siente completo tal como es, viviendo en el gozo de dar amor, solo por el placer de dar. El segundo cree necesitar a alguien para que le dé lo que imagina que le falta, siendo éste un camino seguro al fracaso en cualquier relación ya que no nace de la igualdad, sino de la dependencia.

5.- Chakra garganta. Su color es el azul claro y su verbo es: yo expreso. Radica en la garganta y está asociado a las glándulas tiroides y paratiroides, que regulan todos los procesos metabólicos del organismo. En este chakra radica la capacidad de expresión de nuestros sentimientos, ideas y opiniones; es el puente entre el amor que emana de nuestro corazón y la sabiduría del intelecto. Sus cualidades son: la verdad, la comunicación, la creatividad y la integridad. El hablar y el escuchar son las dos caras de la misma moneda que este chakra regula y equilibra: hablar para expresar nuestra verdad y escuchar para permitir ser al otro. Colabora con el chakra sacro en la expresión de su creatividad. Si estos dos chakras, el 5º y el 2º, están armonizados cualquier proyecto que emprendas lo llevarás a buen término. Sus dos arquetipos son el Comunicador y el Niño Silencioso. El primero asume la responsabilidad de lo que dice y cómo lo dice. Cuando expresa algo que le haya herido lo hace desde el amor y no lastima a su interlocutor. Habla claramente y se cuida de que sus palabras sean interiorizadas por quienes le escuchan. Es sincero y respalda sus palabras con actos. Por el contrario, el Niño Silencioso reprime (probablemente porque fue reprimido en su infancia obligándole a callar) la expresión de sus sentimientos y verdades. Esta represión le genera un dolor que puede intentar amortiguarlo con exceso de comida, trabajo, alcohol… Su creatividad, al no ser expresada, consigue debilitar su energía vital.

6.- Chakra tercer ojo. Su color es el azul oscuro o índigo y su verbo es: yo comprendo. Situado ligeramente por encima de las cejas, está relacionado con la glándula pituitaria, que es la que regula el funcionamiento de las demás glándulas. Este centro hace todo lo posible por ayudar al cuerpo a afrontar los cambios, a la vez que nos da sabiduría y discernimiento para comprender hechos y situaciones. La intuición y nuestra sabiduría interna penetran por este chakra. Es la capacidad de razonar y, al mismo tiempo, dejarse llevar por la intuición, poniendo siempre aquella al servicio de ésta. Aquí nace tu punto de conexión mental con la divinidad que eres al comprender cuál es tu misión como Ser. Los arquetipos son el Psíquico y el Racionalista. El primero sigue su intuición confiando en su conocimiento interior, para responder a los desafíos de la vida, viviendo en la actitud de estar abierto a todas las posibilidades. El segundo vive en el reino de la lógica, de las normas y protocolos. Confía en planes, mapas y sueños de futuro para intentar controlar la vida.

7.- Chakra corona. Su color es el violeta, blanco o dorado y su verbo es: yo soy. Situado en la coronilla está asociado a la glándula pineal, que segrega melatonina, encargada de regular los ciclos del sueño. Por este chakra nos conectamos a la energía divina que llega a nosotros en forma de inspiración y comprensión, haciéndonos experimentar la guía divina en todo lo que hacemos. Para que este chakra funcione correctamente, antes deben hacerlo todos los demás, porque aquí se fusiona lo que somos, como cuerpos físicos, con la divinidad de la que provenimos. Sus dos arquetipos son el Gurú y el Egotista. El primero comprende la naturaleza del ser humano, viviendo en la continua compasión y enseña a otros a encontrarse gracias a su ejemplo. Conoce las lecciones de la vida y las respeta en los demás. El segundo no quiere saber nada del mundo espiritual, ya que su gran ego se lo impide, viviendo toda su vida en el plano material. Rechaza a otros por sus imperfecciones, sintiéndose muchas veces solo y aislado.

Con esto ya vale para seguir avanzando, pero si quieres profundizar en este apasionante tema te dejo aquí un enlace para aprender más.

Nos vemos en «Visualización: Activando la Unidad«.
Recibe un energético abrazo.

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