Meditación-visualización: «Activando la Unidad»

Esta meditación-visualización la encontré en un manual que me dieron por asistir a un taller de iniciación angelical («Curso de Maestría Angelical», se llamaba exactamente). La adapté a mi forma de hablar, le quité cosas y le añadí otras hasta que quedó a gusto mío. Esta versión es la mía y por eso te puedo hablar desde la confianza que da la experiencia propia. Me la he trabajado durante más de un año y es mágica. No puedo decirte otra cosa. Eso sí, todos los días me la leía con total concentración, generalmente en una cafetería (la llevaba impres en mi cartera de bolsillo), escuchando música con el móvil (Mike Rowland, generalmente), aislado del resto del mundo con mis auriculares y concentrándome en las palabras que siguen. Me llevaba unos 15-20 minutos el hacerla y notaba un gran cambio en el antes y en el después. Esta meditación es una petición al Universo-Unidad de que queremos ser uno con él y el Universo SIEMPRE va a darnos lo que le pidamos, así que esta es una buena oportunidad de empezar tu nuevo camino, tu nueva vida.

CONSEJOS PARA TU TRABAJO INTERIOR

  1. Una de las claves del trabajo interior es la constancia. De nada sirve empezar con mucho ánimo y dejarlo al poco tiempo por el motivo que sea (generalmente por no conseguir resultados tangibles).
  2. Haz cualquier meditación o visualización con la máxima concentración. La concentración es la clave del poder de nuestra energía. A mayor capacidad de concentración más energía mandamos al punto de atención.
  3. Hacerlo, si es posible, a la misma hora. Así se establece una rutina que favorece la creación de un hábito, con lo que nos será más fácil seguir con ella
  4. Con la repetición todo se mejora. Así que repite, repite, repite.
  5. No te comas la cabeza dudando de si estás haciendo correctamente los ejercicios: ¡siempre, siempre, lo haces bien! Esa voz que te hace titubear es tu ego. Tú eres un ser creador y creas lo que quieres y como quieres. Tú siempre lo haces perfecto, lo haces a tu manera. Y punto.
    Lo único importante en cualquier trabajo interior es la intención con la que haces las cosas, porque la intención es el decreto que envías al Universo de lo que quieres conseguir.

NOTAS SOBRE ESTA MEDITACIÓN-VISUALIZACIÓN

  1. El trabajo interior ha de ser motivo de disfrute, así que cambia las palabras que no conecten contigo, como hice yo, hasta que te sientas totalmente a gusto con ellas y puedas disfrutar de esta maravillosa meditación.
  2. Léela mínimo una vez al día, con total concentración en ella.  Progresivamente, notarás cómo tu energía se va elevando con la repetición. Mientras la leas, párate de vez en cuando y saborea las sensaciones que experimentas. En estos momentos de detención procura mantener la mirada fija, sin interpretar las palabras, sólo sintiendo lo que lees para no despistarte, para no perder tu concentración. Y si la pierdes, no pasa nada, vuelve una y otra vez a ella. Una y otra vez. Y así irás cogiendo el hábito de volver a tu interior. Una y otra vez.
  3. Una vez la domines, hazla en cualquier momento y circunstancia, siempre que te apetezca, porque mientras estás con ella eres tú quien dirige tus pensamientos, no tu ego.
  4. Cuando lleves un tiempo trabajándola, te darás cuenta de que te ayuda a centrarte en los momentos de desasosiego que pudieras vivir. Esta es una visualización que equilibra, armoniza y energiza. Podrás recurrir a ella cuando te sientas mal y cambiará tu estado de ánimo al conectarte a la fuente de dónde vienes, de dónde venimos.

ACTIVANDO LA UNIDAD

Me permito respirar profunda y armónicamente. La paz, que es mi estado natural, lo incluyo en mi sentir en este momento… convirtiéndome en paz y armonía infinitas.

Realizo la respiración equilibrada tomando aire por la nariz y, en esa entrada de energía, llevo mi atención a la consciencia de estar nutriéndome de la energía divina. Respiro profunda y relajadamente. Voy percibiendo cómo la paz y el equilibrio hacen acto de presencia… los disfruto… Siento cómo me expando y, al expulsar el aire, llevo mi atención a la consciencia de que estoy expulsando energía divina fusionada con mi experiencia humana. Siento cómo sigo expandiéndome debido a la elevación de mi vibración, generando un estado diferente de consciencia. Estoy irradiando el poder, el amor y la inteligencia del ser divino encarnado que soy

Por mi chacra raíz me conecto a la matriz cristalina de la tierra, que visualizo como un enorme cristal iridiscente que sustenta, irradia y activa el registro del propósito de mi esencia divina para este tránsito ascensional aquí en la tierra. Esa consciencia es traducida en energía platino iridiscente que, de forma ascendente y en espiral, sube a través de mis pies y va elevándose… Esa energía va removiendo, activando e integrando en cada una de mis células el recuerdo del propósito de mi esencia divina. Dejo que la energía continúe ascendiendo.

Ahora me enfoco en mi centro de arriba y me conecto a través del chakra corona a la energía de la fuente, que visualizo como una esfera de energía dorada iridiscente que irradia, activa e integra el recuerdo de la divina presencia en mí. Esa consciencia es guiada a través de una espiral dorada que penetra por mi chakra corona y desciende desde la coronilla hacia abajo, envolviendo cada una de mis células en ese recuerdo. Dejo que esta activación continúe descendiendo…

Ahora me enfoco en ambas espirales…

Siento cómo la espiral que va ascendiendo desde la tierra va activando el contrato de mi propósito en esta vida y la espiral de arriba va descendiendo, activando el recuerdo de la esencia que yo soy…

Ahora me enfoco en el corazón…

Estas dos energías/consciencias se encuentran en el corazón, realizándose la fusión de ambas. De esa unión brota un círculo de luz rosa que irradia amor infinito en todas las direcciones. Siento un gran gozo por encontrarme en tan anhelado momento. Lo disfruto… y percibo cómo esa luz de amor que brota de mi corazón limpia mi ser de todo aquello que me lastra, al mismo tiempo que guía mi energía física a reconectar los códigos energéticos, generando la Unidad en mí y unificando completamente mis dos hemisferios cerebrales. Así mismo va reactivando mi glándula pineal y mis capas de ADN físico, haciéndolas resonar con esta frecuencia tan elevada. Siento conscientemente la Unidad dentro de mí… convirtiéndome en ella. Esa energía la expando a cada forma de vida sobre la tierra y, por resonancia, a todo el cosmos. Me disfruto a mí mism@ y mantengo esta plenitud quedando activada mi conexión con la Unidad desde la dimensión más elevada.

Desde este momento, me entrego a ser dirigid@ por la Unidad que soy desde la dimensión más elevada, manifestando mi clara intención de elevar cada día mi nivel de vibración.

Queda, pues, activada la Unidad en mi ser.

Que así sea.

Seguimos en «La mente: el nacimiento de la ilusión».
Un abrazo, de corazón.

Inicio